Fondo Ar-AHCC-F-CDC - Cajas de Crédito

Área de identidad

Código de referencia

AR AHCC Ar-AHCC-F-CDC

Título

Cajas de Crédito

Fecha(s)

  • 1918 (Creación)

Nivel de descripción

Fondo

Volumen y soporte

El fondo posee documentación que perteneció a muchas de las cajas de crédito que funcionaron en Argentina, con fechas límites 1918/2002. Cada Caja de Crédito constituye un subfondo. Por varios motivos explicados en la descripción de historia archivística, son subfondos más o menos incompletos que contienen materiales en soporte papel y fotográfico y que ocupan 14 cajas conservadoras libres de ácido, con un total de 5 metros lineales.

Área de contexto

Nombre del productor

(1995 hasta la actualidad)

Historia administrativa

El Archivo fue creado en 1995 a iniciativa de un grupo de dirigentes y funcionarios del Banco Credicoop Coop. Ltdo., para preservar la memoria histórica de las cajas de crédito, de las que el Banco se reconoce heredero y continuador. Con sede en la ciudad de Buenos Aires (República Argentina), en 2008 se constituyó como Asociación Civil.
La necesidad de crear una institución que se ocupe de reunir y conservar la documentación producida por las entidades cooperativas de crédito argentinas a lo largo de su desarrollo para preservarlas y ponerlas a disposición , surge de su particular trayectoria histórica.
Las cajas de crédito, única expresión del crédito solidario que logró trascender en el tiempo, se desarrollaron en tres etapas. La primera abarca desde sus orígenes, a principios del siglo veinte, hasta fines de la década del 50, período en que las entidades se caracterizaron por un funcionamiento cuasi mutual y estar vinculadas mayoritariamente a instituciones de la colectividad judía.
A partir de 1958, la creación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) provocó una gran expansión en el número y la distribución geográfica de las entidades, y el desarrollo de un nuevo tipo de operatoria. Esto les permitió disponer a las casi 1.000 cajas existentes en 1966 de aproximadamente el 10% de los depósitos del sistema financiero.
Ese crecimiento provocó la oposición de la banca y sectores de la gran burguesía, lo que generó una serie de normativas y acciones restrictivas de parte del Estado, las que se agudizaron durante la dictadura cívico- militar imperante entre 1966 y 1973. Esto causó una grave crisis del movimiento cooperativo de crédito que culminó con una gran reducción en el número de entidades y en su operatoria.
La tercera etapa comenzó cuando la dictadura cívico- militar que tomó el poder en 1976 impuso la “Ley” de Entidades Financieras que prohibió la continuidad de la operatoria de las cajas de crédito, aunque como respuesta a una serie de acciones públicas desarrolladas por el movimiento cooperativo, autorizó su transformación en bancos comerciales bajo forma jurídica cooperativa. Como consecuencia, 273 de las 375 cajas de crédito existentes se transformaron en bancos cooperativos.
A partir de 1979 el cooperativismo financiero fue reduciendo paulatinamente su presencia como producto de la política económica neoliberales y sucesivas crisis económico-financieras. Más de treinta bancos cooperativos desaparecieron en el transcurso de su primera década de existencia. En la década del 90, en el marco de un proceso de concentración y extranjerización del sistema financiero argentino, de los 44 Bancos cooperativos solo sobrevivieron tres. Para preservar la presencia cooperativa en todo el territorio del país, el Banco Credicoop se fue fusionando con diferentes entidades regionales. Producto de ese largo proceso, hoy sobreviven en el Banco Credicoop –única entidad financiera cooperativa argentina- 117 cajas de crédito que en 1979 habían conformado 16 bancos cooperativos.
Los diferentes procesos descriptos fueron en general muy traumáticos para las cooperativas y sus integrantes, además de haber intervenido en los mismos diversas instituciones estatales, por lo que en general no se instrumentaron procesos que garantizaran la preservación de la documentación histórica.
Esto hizo necesaria la creación de este Archivo con el objetivo de recuperar la documentación aún existente: crear fuentes orales; organizar, preservar y ofrecer a la sociedad una fuente de documentación abierta a investigadores e interesados en general; y aportar a la identificación institucional -intelectual y afectiva- de quienes actualmente componen el movimiento cooperativo, desde la recreación del pasado cotidiano.
El Archivo planificó desde el principio la creación sistemática de fuentes orales pues la documentación existente es escasa en cantidad y parcial en cuanto a la temática, ya que corresponde, fundamentalmente, a su faz empresaria y, por lo tanto, informan muy poco sobre las cooperativas como movimientos sociales. Los testimonios orales aparecen entonces como la principal fuente de información en un área de la vida institucional, particularmente rica y compleja. Por otra parte, es en las entrevistas donde aparecen las motivaciones personales, sociales, políticas o sectoriales que sostienen las motivaciones institucionales; el valor asignado ayer y hoy a los acontecimientos sucedidos; los miedos y las esperanzas personales y del colectivo; las dirigencias reales y formales; los temas en debate y los modos de canalizarlos; los circuitos administrativos informales; etc.

Historia archivística

El fondo se fue creando en cada una de las cajas de crédito que comprenden los subfondos, y se empezó a reunir y conservar con la conformación del Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito (AHCC) en 1995, cuyo objetivo inicial era preservar la memoria de esas entidades nucleadas en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) a partir de la creación de un Archivo de Historia Oral.
Dado que las cajas de crédito dejaron de funcionar, en su mayoría, a fines de la década de 1970 y el Archivo empezó a construirse a partir de mediados de la década de 1990, no se trata de subfondos conservados y transferidos por las mismas entidades creadoras sino documentación dispersa que sobrevivió al cierre de las cooperativas en manos de sus integrantes, o en el ámbito físico en el que funcionaban. En su tarea de construir el archivo oral, el AHCC fue recibiendo de les entrevistades, donaciones de documentación procedente de las cajas cooperativas de las que habían sido parte. Llegaban así Memorias y Balances, fotografías, distintas publicaciones como boletines, cuadernillos y programas de eventos culturales, entre otros. Muchas de esas entidades, obligadas a cerrar o convertirse en bancos cooperativos, son en la actualidad filiales del Banco Credicoop Coop. Ltdo., lo que facilitó también el rescate de documentación y su transferencia al Archivo. Lo mismo ocurre con la documentación que se conservó en el IMFC.
La recuperación de esos acervos es una de las tareas que el AHCC tiene, al tiempo que se ocupa de la clasificación, descripción, preservación y digitalización de este y otros fondos vinculados al mundo cooperativo. Dado que han pasado ya más de 40 años del cierre de las Cajas, no se espera recibir periódicamente más transferencias, sino que la suma de documentación se da de forma aleatoria, de manos de algune entrevistade o por los vínculos institucionales del Archivo a raíz de su pertenencia al movimiento cooperativo.
Si bien entendemos que la procedencia de la documentación está naturalmente en las cajas de crédito que en algún momento funcionaron, dado que ha sido transferida de forma inorgánica y, en ciertos casos, hasta azarosa, algunos subfondos cuentan con muy poca documentación y otros conforman acervos más completos. Por la misma razón, algunos subfondos están organizados en series documentales y otros sólo tienen unidades documentales sueltas. Fue una decisión de clasificación archivística nuclearlos en un gran fondo común dado que históricamente las Cajas fueron el motor de este movimiento y, de hecho, las que se organizaron y federaron creando el IMFC.

Las entidades de crédito cooperativo nacieron en Argentina a principios del siglo XX autodesignándose como “cajas de crédito cooperativas”, “cooperativas de crédito”, “cajas populares” o “sociedades cooperativas de crédito”. Se optó por “Cajas de Crédito” para denominar a este fondo ya que fue el nombre asumido por la mayor parte de las entidades, y el elegido por la normativa estatal en 1969. La Ley Nº 18.061/69 de Entidades Financieras creó la figura legal de «cajas de crédito», incluyéndolas en el rubro “otras entidades financieras” como una clase de institución bajo supervisión del Banco Central de la República Argentina y la Dirección Nacional de Cooperativas. Al mismo tiempo, una resolución ministerial creaba la figura legal de «cooperativas de crédito», que únicamente podían operar con fondos propios, por fuera de la ley Nº 18.061 ya que se las encuadraba como entidades no financieras, bajo la sola supervisión de la Dirección Nacional de Cooperativas.
Las cajas de crédito argentinas se desarrollaron en tres etapas. La primera abarca desde sus orígenes, a principios del siglo veinte, hasta fines de la década del 50, período en que las entidades se caracterizaron por un funcionamiento cuasi mutual. La segunda etapa comenzó en 1958 con la creación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) como cooperativa de segundo grado, lo que provocó una verdadera explosión en el número y la dispersión geográfica de las entidades, que pasaron de ser 197 en 1958 a 974 en 1966. El desarrollo del cooperativismo en un sector tan sensible como el financiero provocó la temprana oposición de los bancos nacionales y extranjeros, así como de sectores de la gran burguesía, lo que generó una serie de normativas y acciones restrictivas de parte del Estado argentino. El gobierno dictatorial autodenominado «Revolución Argentina» atacó frontalmente desde 1966 al cooperativismo de crédito, por lo que en 1973 sólo sobrevivían menos de 400 Cajas. La tercera etapa de esta historia comenzó cuando la dictadura militar que tomó el poder en 1976 sancionó al año siguiente la “Ley” de Entidades Financieras que prohibió la continuidad de la operatoria de las cajas de crédito aunque, como respuesta a una serie de acciones públicas desarrolladas por el movimiento cooperativo, autorizó su transformación en bancos comerciales bajo forma jurídica cooperativa. El proceso concluyó con la creación de 77 bancos cooperativos, conformados por la fusión de 276 cajas de crédito, mientras que 102 Cajas decidieron mantenerse como tales con una operatoria restringida. El proyecto económico-social dictatorial fue continuado con ligeras variantes por los gobiernos constitucionales. En este contexto, más de 30 bancos cooperativos desaparecieron por distintos motivos en el transcurso de su primera década de existencia. Durante los años ´90 se produjo una nueva reconversión del sistema financiero por medio del cierre y/o la venta de bancos estatales y la entrada masiva de entidades de origen extranjero. El grupo más golpeado durante ese proceso fue nuevamente la banca cooperativa, que redujo su presencia a sólo una entidad -el Banco Credicoop, en el que por un proceso de sucesivas fusiones “sobreviven” 117 cajas de crédito- a partir de 2005. Paralelamente, las 102 cajas de crédito que no se transformaron en bancos fueron desapareciendo, y hoy no existe ninguna.
El objetivo inicial del AHCC era preservar la memoria de las cajas de crédito a partir de la creación de un Archivo de Historia Oral. Como ya se ha comentado, en el contexto de la realización de las entrevistas, el director del Archivo Daniel Plotinsky fue recibiendo de la mano de dirigentes y funcionaries cooperativistes que brindaban su testimonio, documentación perteneciente a las entidades en las que habían militado y trabajado, en carácter de donación. Con el paso del tiempo, el avance de la construcción del Archivo Oral, y el vínculo con otras entidades del movimiento cooperativo como el Banco Credicoop y el IMFC, la documentación fue creciendo a partir de documentos preservados en las filiales del Banco que habían sido Cajas, y en depósitos del Instituto.

Origen del ingreso o transferencia

La documentación llegó al AHCC a través de donaciones principalmente de ex funcionaries, dirigentes y trabajadores de las cajas de crédito y de otras entidades cooperativas como el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y el Banco Credicoop.

Área de contenido y estructura

Alcance y contenido

Cada subfondo corresponde a una Caja en particular. Los tipos documentales del fondo son: fotografías que describen la vida institucional, social, cultural y de trabajo de la entidad; documentos en papel relativos a la tarea diaria como letras de cambio, solicitudes de ingreso, expedientes administrativos de empleades y asociades, escrituras de la compra de edificios para la sede; documentos producidos por las Asambleas y los Consejos de Administración como actas de asambleas y estatutos, memorias y balances, y declaraciones. Asimismo, los subfondos cuentan con publicaciones internas como boletines, periódicos, revistas, folletos, cuadernillos; y externas, como notas periodísticas en distintos medios gráficos. Cronológicamente, el fondo posee documentación desde la creación de le Primera Caja Mercantil (1918) hasta 2002. Los subfondos más completos están organizados en secciones con series, pensadas en algunos casos por procedencia respecto del organigrama institucional (área administrativa o creadora del documento) o por tipos documentales. Algunos subfondos muy incompletos no están organizados en series sino por unidades documentales sueltas.

Valorización, destrucción y programación

Se ha realizado la tarea de valoración, eliminando aquella documentación duplicada o sin valor histórico. No se prevén nuevas transferencias dado que la llegada de documentación es aleatoria y las instituciones reflejadas en el fondo ya no funcionan hace más de 40 años.

Acumulaciones

Sistema de arreglo

El fondo ha sido clasificado en subfondos que se corresponden con cada una de las Cajas de Crédito. Asimismo, los subfondos más completos están organizados en secciones y series que responden a veces al organigrama institucional (áreas productoras) o a los tipos documentales. Los subfondos muy incompletos están organizados por inventario de unidades documentales simples.

Área de condiciones de acceso y uso

Condiciones de acceso

Condiciones

Idioma del material

Escritura del material

Notas sobre las lenguas y escrituras

Características físicas y requisitos técnicos

La mayoría de los documentos se encuentra en buen estado de preservación. La documentación en papel está guardada en cajas conservadoras libres de ácido, en carpetas y separadores de papel especial para su conservación. Las fotografías se encuentran asimismo en cajas conservadoras libres de ácido, en carpetas y separadores específicos para su conservación. Para su consulta se pueden pedir copias digitales de algunos documentos. Si se quisiera ver los originales, se puede combinar un turno y se deberán usar guantes suministrados por el AHCC.

Instrumentos de descripción

Área de materiales relacionados

Existencia y localización de originales

Existencia y localización de copias

Unidades de descripción relacionadas

Área de notas

Identificador/es alternativo(os)

Puntos de acceso

Área de control de la descripción

Identificador de la descripción

AR-CyCC-AHCC-FICyCC-ISADG

Identificador de la institución

AR-AHCC

Reglas y/o convenciones usadas

Estado de elaboración

Final

Nivel de detalle

Parcial

Fechas de creación revisión eliminación

Marzo 2023

Idioma(s)

  • español

Escritura(s)

  • árabe

Fuentes

  • Consejo Internacional de Archivos (2000). Norma Internacional General de Descripción Archivística. Ministerio de educación, cultura y deporte. Madrid.
  • Plotinsky, Daniel (2019). El dinero de los argentinos en manos argentinas. Historia del Cooperativismo de Crédito. Ediciones Idelcoop

Nota del archivista

Daniel Plotinsky y María Millán

Área de Ingreso