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Registro de autoridad

Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito

  • AR-AHCC-ISAAR
  • Entidad colectiva
  • 1995 hasta la actualidad

El Archivo fue creado en 1995 a iniciativa de un grupo de dirigentes y funcionarios del Banco Credicoop Coop. Ltdo., para preservar la memoria histórica de las cajas de crédito, de las que el Banco se reconoce heredero y continuador. Con sede en la ciudad de Buenos Aires (República Argentina), en 2008 se constituyó como Asociación Civil.
La necesidad de crear una institución que se ocupe de reunir y conservar la documentación producida por las entidades cooperativas de crédito argentinas a lo largo de su desarrollo para preservarlas y ponerlas a disposición , surge de su particular trayectoria histórica.
Las cajas de crédito, única expresión del crédito solidario que logró trascender en el tiempo, se desarrollaron en tres etapas. La primera abarca desde sus orígenes, a principios del siglo veinte, hasta fines de la década del 50, período en que las entidades se caracterizaron por un funcionamiento cuasi mutual y estar vinculadas mayoritariamente a instituciones de la colectividad judía.
A partir de 1958, la creación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC) provocó una gran expansión en el número y la distribución geográfica de las entidades, y el desarrollo de un nuevo tipo de operatoria. Esto les permitió disponer a las casi 1.000 cajas existentes en 1966 de aproximadamente el 10% de los depósitos del sistema financiero.
Ese crecimiento provocó la oposición de la banca y sectores de la gran burguesía, lo que generó una serie de normativas y acciones restrictivas de parte del Estado, las que se agudizaron durante la dictadura cívico- militar imperante entre 1966 y 1973. Esto causó una grave crisis del movimiento cooperativo de crédito que culminó con una gran reducción en el número de entidades y en su operatoria.
La tercera etapa comenzó cuando la dictadura cívico- militar que tomó el poder en 1976 impuso la “Ley” de Entidades Financieras que prohibió la continuidad de la operatoria de las cajas de crédito, aunque como respuesta a una serie de acciones públicas desarrolladas por el movimiento cooperativo, autorizó su transformación en bancos comerciales bajo forma jurídica cooperativa. Como consecuencia, 273 de las 375 cajas de crédito existentes se transformaron en bancos cooperativos.
A partir de 1979 el cooperativismo financiero fue reduciendo paulatinamente su presencia como producto de la política económica neoliberales y sucesivas crisis económico-financieras. Más de treinta bancos cooperativos desaparecieron en el transcurso de su primera década de existencia. En la década del 90, en el marco de un proceso de concentración y extranjerización del sistema financiero argentino, de los 44 Bancos cooperativos solo sobrevivieron tres. Para preservar la presencia cooperativa en todo el territorio del país, el Banco Credicoop se fue fusionando con diferentes entidades regionales. Producto de ese largo proceso, hoy sobreviven en el Banco Credicoop –única entidad financiera cooperativa argentina- 117 cajas de crédito que en 1979 habían conformado 16 bancos cooperativos.
Los diferentes procesos descriptos fueron en general muy traumáticos para las cooperativas y sus integrantes, además de haber intervenido en los mismos diversas instituciones estatales, por lo que en general no se instrumentaron procesos que garantizaran la preservación de la documentación histórica.
Esto hizo necesaria la creación de este Archivo con el objetivo de recuperar la documentación aún existente: crear fuentes orales; organizar, preservar y ofrecer a la sociedad una fuente de documentación abierta a investigadores e interesados en general; y aportar a la identificación institucional -intelectual y afectiva- de quienes actualmente componen el movimiento cooperativo, desde la recreación del pasado cotidiano.
El Archivo planificó desde el principio la creación sistemática de fuentes orales pues la documentación existente es escasa en cantidad y parcial en cuanto a la temática, ya que corresponde, fundamentalmente, a su faz empresaria y, por lo tanto, informan muy poco sobre las cooperativas como movimientos sociales. Los testimonios orales aparecen entonces como la principal fuente de información en un área de la vida institucional, particularmente rica y compleja. Por otra parte, es en las entrevistas donde aparecen las motivaciones personales, sociales, políticas o sectoriales que sostienen las motivaciones institucionales; el valor asignado ayer y hoy a los acontecimientos sucedidos; los miedos y las esperanzas personales y del colectivo; las dirigencias reales y formales; los temas en debate y los modos de canalizarlos; los circuitos administrativos informales; etc.

Sociedad Anónima Editora La Vanguardia S.A.

  • AR-SL-ISAAR-LV
  • Entidad colectiva
  • 1894 - actualidad

La creación de La Vanguardia desde el 7 de abril de 1894 buscaba dar a conocer las ideas del Partido Socialista e interpelar a los sectores medios y a las clases populares que se encontraban por fuera de las fábricas. Dos años después, 1896, tras el Congreso Constituyente se convirtió en el órgano oficial de prensa del partido recién creado: el Partido Socialista Obrero Argentino. La Vanguardia cambió su primer lema: el "Periódico Socialista Científico" por el de "Órgano Central del Partido Socialista Obrero".
Su contenido incluía ideas, acciones y propuestas del Partido y artículos sobre aspectos sociales y culturales. Debatió sobre la defensa de la educación laica, la reforma universitaria, e incorporó ilustraciones humorísticas a sus páginas. También sumó anuncios de médicos, abogados, profesores que ofrecían sus servicios, y propagandas poco compatibles con las ideas socialistas: Esso, Shell, Loma Negra, Bagley, Terrabusi, Nestlé, fueron algunas de las empresas que publicitaron permitiendo -junto con las suscripciones de lectores-, garantizar la continuidad del periódico.
La redacción y la administración funcionaban en la calle México 2070, la Casa del Pueblo del Partido Socialista. La publicación del diario fue, por momentos, semanal los días sábados otras veces, diarios. Sufrió censura, clausura, incendios y sus miembros fueron encarcelados. Sin embargo, se continúa editando hasta nuestros días
Durante la presidencia de Julio A Roca y en el marco de grandes huelgas obreras La Vanguardia tuvo su primera clausura. Le siguieron cinco más hasta 1905. En 1909, con motivo del asesinato del jefe de Policía, Ramón Falcón, y tras la furiosa represión a la manifestación obrera del 1º de mayo, fue nuevamente clausurado. Para el Centenario de la Revolución de Mayo, jóvenes nacionalistas incendiaron la imprenta de La Vanguardia.
Durante los gobiernos radicales el diario circuló con normalidad pese a las duras críticas que le dedicaban en sus páginas a Hipólito Irigoyen. Sin embargo, jamás apoyaron el golpe encabezado por el Gral. José F. Uriburu. Luego comenzó la Década Infame y debió interrumpir sus tareas.
En enero de 1945 volvió a salir como semanario, convirtiéndose en el medio más crítico del gobierno de Farrel, tarea que continuará con Juan Domingo Perón, a quien calificaban de fascista y demagogo. Perón les respondía que lo combatían porque les había restado "clientes". Y desde La Vanguardia retrucaban:
Hasta 1958 la circulación del periódico no tuvo demasiadas pausas, pero ese año el Partido Socialista sufrió una gran ruptura. Nacieron entonces el Partido Socialista Argentino (Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, José Luis Romero, entre otros) y el Partido Socialista Democrático (Nicolás Repetto, Juan A. Solari, entre otros). La Vanguardia quedó bajo el mando de Palacios y Moreau de Justo, militante feminista y esposa de Juan B. Justo, por el lado del Partido Socialista Argentino. Mientras que el Partido Socialista Democrático comenzó a editar el periódico Nuevas Bases, dirigido por Américo Ghioldi, acompañado por Repetto y Solari. En 2002 el Partido se volvió a unificar. Durante todo ese tiempo La Vanguardia acompañó los avatares de la historia.

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